En Hollywood ese viejo adagio “la tercera es la vencida” no tiene cabida. Para muestra aquí tenemos esta A Star Is Born dirigida por Bradley Cooper que se convierte en la cuarta versión de este filme desde que en 1937 Janet Gaynor y Fredric March interpretaran al nuevo talento en ascenso y a la vieja gloria en caída libre respectivamente. El turno ahora le llega a Stefani Joanne Angelina Germanotta o tal vez debería decir Lady Gaga para que entiendan mejor y al propio Bradley Cooper, ambos se encargan de revivir la historia entre el estropeado maestro y la prodigiosa alumna. A Star is Born es uno de esos cuentos que son una apología a la propia industria del espectáculo que se sostiene muy bien gracias a una excelente química entre las dos figuras centrales.

Para el señor Cooper esta cinta marca su debut como director y se puede decir que pasó la prueba. De la mano de un veterano guionista como Eric Roth (Forrest Gump, The Insider), Cooper logra montar en pantalla una historia que se apoya en el talento interpretativo de sus personajes aún cuando su estructura es bastante trillada. La formula la podemos seguir de principio a fin y hasta puede resultar predecible la forma como van encajando las piezas, pero cada minuto de Ally (Lady Gaga) y Jack (Bradley Cooper) hacen que el filme valga la pena. La potencia que imprimen en sus personajes nos devora y nos hace crear una empatía instantánea. El hecho de que tanto Cooper como Gaga lograran hacer sus interpretaciones musicales en vivo durante el rodaje, con el fin de evitar el lip-syncing, hace que cada secuencia donde los vemos en el escenario nos toque de manera más profunda. Lo del talento de la Sra. Gaga no es un secreto para nadie, pero los meses de entrenamiento vocal de Bradley Cooper rindieron sus frutos.

El lente de Matthew Libatique (Black Swan, Requiem for a Dream) se luce y nos deleita con una fabulosa cinematografía, ya sea en los angostos pasillos tras bastidores o en los espacios exteriores abiertos Libatique siempre se coloca en el lugar correcto para sacar el mejor provecho y aportar valor a la narrativa. Claro que lo mejor de A Star Is Born es lo que nos entregan Ally y Jack en sus momentos más íntimos y vulnerables, así como sus momentos musicales, pero también tenemos una impecable puesta en escena orquestada desde la silla del director.

A Star Is Born se resume en el discurso de Bobby (Sam Elliott), el hermano de Jack, cuando este le dice a Ally la visión de Jack sobre la música y como todo es la misma historia contada una y otra vez y los único que puede ofrecer un artista al mundo es su visión de esas notas que se repiten una y otra vez. Bradley Cooper sin dudas logra su propia interpretación de esas doce notas de la octava musical.

8/10