Muy atrás han quedado los días de “El Mariachi”, si miramos ahora ese 1992 nos parece más bien 1900. Con el acceso a la tecnología que tenemos hoy día esos US$ 7,000 que invirtió Robert Rodríguez en la que ahora es una película de culto le hubieran permitido rodar una película mucho más acabada y sin tantas limitaciones técnicas. Pero estoy seguro de que el resultado no hubiera sido el mismo y para justificar esto solo tengo que referenciar los resultados de la carrera de este director. Después de su Mariachi el dinero nunca fue problema para Rodríguez, pero lamentablemente la calidad de sus películas ha sido inversamente proporcional a su presupuesto. ALITA: Battle Angel confirma lo que les trato de decir.

Me quedo con el hombre del Mariachi que sin ser una gran película al menos desborda con atrevimiento y emborracha con sus carencias. Igual que lo logró también en “From Dusk Till Dawn”. Me quedo también con el tipo que se atrevió a hacer una película como “Sin City” y demostró que el talento no es el problema. Pero la industria le pesa demasiado y ya sea con las bobadas de “Spy Kids” o “Machete” el hombre se ha dejado engullir y solo atisbamos de cuando en cuando un poco de ese ingenio cinematográfico. En esta ocasión Mr. Rodríguez se hace acompañar de uno de los mejores exponentes de la industria hollywoodense, James Cameron. La fórmula ya han de conocerla y aquí en ALITA: Battle Angel la van a tener con punto y coma.

Como punto de partida el filme se apoya en una serie manga del mismo nombre y nos lleva hasta un futuro distópico donde nueva vez la tierra está hecha añicos y solo habitan en ella los más desdichados, mientras que los de mejor posición viven en Zalem una mega-ciudad que flota en las alturas. Es en este escenario que le doctor Ido (Christoph Waltz) encuentra en uno de los basureros de la ciudad los restos de lo que pronto será su nueva creación: Alita. Como si fuera un Pinocho de circuitos y cables nace Alita, un cyborg que pasará a ser una especie de esperanza divina para la humanidad. Así se tambalea este maltrecho guion, con el viejo dilema del ser que busca se sentido y que inevitablemente tiene que confrontar a su creador. Pueden poner ahí la clásica historia de amor imposible entre el hombre y la máquina.

De poco sirve el abultado elenco con figuras del calibre de Mahershala Ali, Jennifer Connelly, Jackie Earle Haley y el ya mencionado Waltz. Nada se puede rescatar a nivel de actuaciones todos se limitan a ir del punto A al punto B en sus roles acartonados y estereotipados al límite. Alita es interpretada Rosa Salazar que para ser honesto logra llenar muy bien su personaje. El dominicano Jorge Lendeborg Jr. también hace su aparición en un rol secundario, luego de tener un papel muy importante en “Bumblebee”.

ALITA: Battle Angel ofrece unas pocas secuencias dignas de verse en pantalla grande por su elaborado nivel de realización y buen uso de los efectos de 3D, fuera de ahí es poco lo que podemos salvar. Esperemos muy pronto una secuela para que Cameron y Rodríguez sigan demostrando que ellos sí saben ofrecer un espectáculo visual.

 

5/10