Ya en 2009 la directora  Mati Diop había explorado el tema de la migración ilegal. Su cortometraje Atlantics conecta con su largometraje homónimo precisamente  en la odisea que enfrentan los senegaleses que se aventurar al mar en busca de un mejor futuro. El corto documental de 16 minutos sentó las bases para la historia que se desarrolla en el presente largometraje y que se llevó el gran premio del jurado en el festival de Cannes 2019.

El guión, en el que comparten créditos Diop y Olivier Demangel (Baron Noir, Rattrapage), es un híbrido entre la migración ilegal y los matrimonios pre-acordados en la cultura musulmana. La historia se teje entre estas dos líneas narrativas que se van sobreponiendo hasta quedar fusionadas. La crítica socio-política brota con cada secuencia y podemos percibirla en cada diálogo, mientras que en la superficie tenemos el relato de un drama familiar y un truncado amor juvenil.

ADA & SOULEIMAN

A sus 17 años Ada (Mame Bineta Sane) está haciendo lo que todo joven hace, desafiando a sus padres y enamorándose perdidamente. En un barrio pobre de Dakar transcurren los días de Ada quien ya ha sido prometida por sus padres para contraer matrimonio con un joven de una familia adinerada. Problema mayúsculo para la joven que tiene una relación clandestina con Souleiman (Traore). Ada y Souleiman se aman y pretenden buscar la forma para poder concretar ese amor a pesar de las adversidades.

Souleiman tiene que lidiar con su propia adversidad. Trabajando en la construcción de una moderna torre persigue ganarse la vida pero los dueños del proyecto tienen meses sin pagarles a los trabajadores. En el punto de desesperación Souleiman y unos compañeros deciden emprender un viaje ilegal por la costa atlántica en busca de un mejor futuro.

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Mame Bineta Sane (Google Images)

LOS QUE SE QUEDAN

Atlantics aprovecha la incertidumbre que genera el viaje de Souleiman y sus amigos para generar el momentum dramático. Los seres queridos que dejan atrás representan el ingrediente perfecto para dar movilidad a la historia. No solo Souleiman ha dejado a su novia, junto a Ada sus amigas también sucumben ante el miedo y el presagio de fatalidad que se pesa sobre esos hombres. Mati Diop logra estructurar una buena historia y con precisión nos sumerge en el mundo de estas familias golpeadas por la miseria y la tragedia.

A pesar del balance que el filme logra en su puesta en escena hay un elemento que le resta fuerza al conjunto. De forma justificada se inserta en el relato una sub-trama de tono mágico-religioso, llegado este punto la historia no fluye con la misma soltura.

EL UNIVERSO VISUAL DE ATLANTICS

En el aspecto técnico lo más destacable es el trabajo de cinematografía de Claire Mathon (Portrait of a Lady on Fire). Las secuencias nocturnas y con baja iluminación poseen una belleza sobrecogedora, de igual forma los primeros planos captan la profundidad del alma de nuestros protagonistas. El trabajo de Mathon también se apoya en un juego de luces y colores que ayudan a poner al espectador en el contexto de las secuencias donde predomina el elemento sobrenatural.

Mame Bineta Sane logra con su Ada una interpretación sobresaliente y su personaje le exige mucho en las secuencias donde carece de diálogos. En gran parte su personaje se expresa desde el lenguaje corporal y cuando llega el momento de hablar sus líneas resultan precisas y las ejecuta de manera impecable.

Atlantics es una película que logra desarrollar un tema interesante y que funciona como un drama de crítica social. Su analogía de una ciudad que se divide entre los que tienen de sobra y lo que no tienen nada, como lo simboliza esa gigantesca y moderna torre que se erige sobre la pobreza, es sin dudas lo más certero de su discurso. Pero su fuerza disminuye en el segundo acto, cuando nos adentramos en la alegoría que se desarrolla con el tema sobrenatural.

7/10