El cine puede adaptar prácticamente cualquier material. En los últimos años los cómics se han convertido en una de las fuentes predilectas de los grandes estudios. El gran éxito de las historias de DC y Marvel han abierto las puertas a otras casas más modestas. SONY Pictures, que tiene una larga trayectoria con Spider-Man, se embarca en probar suerte con una especie diferente de superhéroe. Vin Diesel encarna a Bloodshot, un super soldado alterado genéticamente. Bajo la publicación de la casa Valliant este personaje vio la luz por primera vez en 1992 y su popularidad lo llevó a tener su propio juego de vídeo.

Que el cine le haga un cortejo a un personaje como este no es sorpresa. En su estructura parece haber detalles que pueden hacer que una película se convierta en un atractivo para los nuevos consumidores. Le podemos agregar a la ecuación la potente figura de Vin Diesel para perseguir cada centavo de la taquilla. La apuesta era bastante clara, concebir un filme con olor a cine de superhéroes y poner a una figura de peso mundial en el centro del escenario sin pensar mucho en la historia.

Un nuevo Soldado Universal

Ray Garrioson (Vin Diesel) es un soldado élite que en una misión de alto perfil pierde la vida. Momento perfecto para que una organización secreta del gobierno, comandada por el Dr. Emil Harting (Guy Pearce), obtenga su cuerpo y lo mejore con tecnología genética para convertirlo en un súper soldado. De regreso en el mundo de los vivos Ray es ahora Bloodshot, el arma perfecta y prácticamente indestructible. Los llamados nanites que corren por sus venas le permiten regenerarse con una velocidad pasmosa y le otorgan habilidades fuera de este mundo.

Los recuerdos comienzan a interferir con la nueva vida de Ray y sus asignaciones como asesino a sueldo para el Dr. Harting. Los destellos del pasado preparan el camino para el conflicto central que sirve de catalizador para las acciones de nuestro protagonista. El filme de Dave Wilson (un especialista en efectos visuales) nos recuerda a la Soldado Universal (1992) de Ronald Emmerich. Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren protagonizaron aquella popular cinta de acción que capitalizó muy bien el star power de los actores principales. Con un guión precario el filme de 1992 logra al menos ser una propuesta decente de acción y entretiene, aspectos en los que falla miserablemente Bloodshot.

Bloodshot

Escena de Bloodshot (Google images)

Un ejército de un solo hombre

Para Vin Diesel esta era otra misión para lanzarse con todo y a puro músculo intentar crear el chance para una franquicia. Los resultados tal vez hayan sepultado esas intenciones. Ni todos los efectos visuales del mundo pueden salvar esta destartalada cinta. Frente a los estándares modernos que entregan las secuencias de acción y los efectos generados por computadora esta se queda muy corta. Por momentos nos parece ver un vídeo juego, mundo con el cual el director está muy familiarizado, tal vez esas concepciones del mundo de las consolas quisieron ser transportadas al cine con personajes reales. El experimento falló.

Bloodshot la terminé por orgullo. A los veinte minutos de metraje ya se presagiaba que las cosas iban a terminar mal, muy mal.

3/10