Desde una búsqueda personal nace Cane Fire. El director Anthony Banua-Simon examina el pasado de su familia y en ese viaje descubre la historia de la isla hawaiana de Kauai. La isla guarda lazos muy estrechos con el cine de Hollywwod. Por allí desfilaron grandes luminarias y sus playas fueron el escenario de mega producciones. Pero Kauai escribió su propia historia fuera de los reflectores. La industria azucarera representó por mucho tiempo la mayor fuente de ingresos, pero esta estructura se construyó en base a monopolios y explotación de la fuerza laboral.

En un año marcado por las suspensiones debido a la pandemia, los festivales de cine se han reinventado. El prestigioso festival HotDocs, que es el más importante festival de documentales de América del norte, también tuvo su versión online. Más de 140 trabajos de todas partes del mundo tuvieron su premier mundial de manera virtual en la edición 2020. Dentro de este marco el documental de Banua-Simon Cane Fire (2020) se presentó al mundo.

Cane Fire

La directora Lois Weber (1879-1939) dirigió más de 140 películas. Dentro de su obra el único filme sonoro fue White Heat (1934), también conocido como Cane Fire. La película, considerada la primera en ser rodada en la isla de Kauai, actualmente está perdida. La historia del filme de Weber giraba en torno a un propietario de una plantación de caña de azúcar y su xenofobia hacía los nativos de la isla. Se podría decir que la película sería premonitoria de los hechos que posteriormente tomarían lugar.

El documental de Anthony Banua-Simon pretende en primer lugar escudriñar el pasado para encontrar a sus ancestros y en un segundo plano nos cuenta la convulsa historia de Kauai. Además de la industria azucarera, el cine fue la otra fuente de riquezas para nativos y extranjeros en este pequeño paraíso hawaiano. Las entrevistas se convierten en la herramienta principal con la cual el director esculpe su obra. La narrativa está marcada por los recuerdos de esos familiares lejanos que vivieron en carne propia todos los procesos de cambio.

CANE FIRE

Imagen de Cane Fire (Google images)

Como en las películas

Cane Fire puede resultar anecdótico y su edición bastante pasiva. El uso del lenguaje dota al documental de un tono sobrio y con mucha vocación informativa. Este marca el primer trabajo de largometraje para el director que suma en su currículum 9 cortometrajes. Es interesante que decidiera llevar su discurso con dos tramas paralelas y que pueda recrear toda la historia uniendo material de archivo de las tantas películas que se filmaron ese pedazo de tierra.

El pasado familiar en varias ocasiones se sobrepone a las historias de las revueltas que se generaron por la opresión de los patrones en las plantaciones, como también se interconecta con los rodajes hollywoodenses. Cuando se inclina a la denuncia es cuando Cane Fire encuentra su mejor forma. La exclusión sistemática de los nativos y la fuerte discriminación son los componentes que subyacen y prevalecen. Desde las anécdotas se reviven episodios funestos del pasado y se combinan con el trabajo de investigación para dar forma a la narración.

Como en las películas, la historia de Kauai tiene sus giros dramáticos, sus momentos oscuros y sus momentos de gloria. En cierta forma este documental hace una reverencia cinematográfica a una isla que destila cine.

7/10