Million Dollar Baby es una de esas películas que se te meten hasta los huesos. No importa cuántos años pasen siempre perdura. Anoche me topé con esta fabulosa obra de Clint Eastwood en televisión y no tuve decisión sobre mí, me quedé hipnotizado como si fuera la primera vez. Esa fuerza tiene la multi-premiada película del viejo Clint. Million Dollar Baby es simplemente una película perfecta, una obra de artesanía cinematográfica.

…Es la magia de arriesgarlo todo por un sueño que nadie ve, solo tú.

Junto con Raging Bull de Martin Scorsese esta es una de mis películas favoritas sobre boxeo. Lo más notable del filme de Eastwood es que logra conjugar los códigos deportivos con las claves del drama más intenso. Así como tenemos la adrenalina y la excitación que generan las películas deportivas también tenemos la tensión que producen los dramas familiares que atraviesan sus personajes.

El mecanismo del knockout

El cuerpo sabe lo que los luchadores no saben: cómo protegerse. Un cuello solo puede torcerse hasta un punto. Gíralo solo un poco más y el cuerpo dice: «Oye, yo lo tomaré desde aquí porque obviamente no sabes lo que estás haciendo… Acuéstate, descansa y hablaremos de esto cuando recuperas tus sentidos”. Se llama el mecanismo de nocaut.

Million Dollar Baby nos regala a Maggie Fitzgerald interpretada por una impresionante Hilary Swank. Maggie sueña con convertirse en boxeadora pero sus años de juventud ya le pasaron volando. Es en el gimnasio de Frankie Dunn (Clint Eastwood) donde Maggie quiere concretar su sueño, pero Frankie tiene una norma bien clara: no entrena mujeres. Es el mejor amigo de Frankie, Eddie “Scrap-Iron” (Morgan Freeman) quien allana el camino para que Frankie termine siendo el entrenador de la perseverante Maggie.

El guion de Paul Haggis (The Next Three Days) tiene la fuerza de un nocaut. No importa que defensa utilice el espectador los jabs, ganchos y uppuercuts de Million Dollar Baby siempre encuentran la anatomía y nos llevan hasta la lona. La maestría con la que Eastwood pone en escena los personajes que describe Haggies es impresionante. Los arcos dramáticos se dibujan de manera perfecta y no tenemos otra opción que identificarnos con los personajes como si fueran conocidos de toda la vida.

Mo Chuisle

Si Swank se muestra impecable igual lo hacen Eastwood y Freeman. Este trío le concede a la audiencia una de las mejores interpretaciones en conjunto de la historia del cine. Cada uno ejecuta de forma inmejorable sus roles. Maggie es el motor que renueva las fuerzas de un exhausto Frankie Dunn y le da un nuevo sentido a su vida, mientras ella materializa su sueño. Eddie además de ser nuestro narrador es también la conciencia, la sabiduría y hasta el desahogo cómico.

Como un boxeador fogueado Eastwood va administrando sus golpes y nos lleva hasta su terreno para luego derribarnos. En sus dos primeros actos el filme es dominado por la adrenalina que produce el ascenso a la fama de una boxeadora. Cuando arribamos al tercer acto el ritmo cambia y la tensión toma el volante para llevarnos hasta el sombrío desenlace.

En la vida como en el boxeo

Con Million Dollar Baby Clint Eastwood logra plasmar dos dramas familiares de manera paralela. El camino de Frankie Dunn es igual de penoso que el de Maggie. Ambos arrastran una carga de culpa y heridas abiertas que los condiciona en sus acciones presentes. Frankie proyecta la fracturada relación con su hija en Maggie y busca la redención ayudándola a concretar su sueño. De su lado Maggie proyecta en Frankie a su padre y lo persigue como la única fuente de consuelo y amor.

El boxeo es un acto antinatural. Porque todo es  al revés. Si quieres moverte hacia la izquierda, no das un paso a la izquierda, presionas el dedo del pie derecho. Para moverte a la derecha, usas el dedo del pie izquierdo. En lugar de huir del dolor, como haría una persona sana, entras en él.

Todo se realza gracias a la formidable fotografía de Tom Stern (American Sniper), un fiel colaborador del director californianiano. Stern se apoya en un juego de luces y sombras para darle una fuerte intensidad a cada secuencia. Su cámara se muestra ágil y precisa en las secuencias sobre el ring y delicada y aguda cuando la pelea sucede fuera de las cuerdas.

10/10