Días de vinos y rosas como se título en español, fue la película que marcó la carrera del director Blake Edwards cuya carrera estuvo mas inclinada hacia las comedias, entre las que podemos destacar quizás su mas famosa: Breakfast at Tiffany’s (1961). Con este drama intenso basado en un guión de J.P. Miller podemos decir que el director rompe el esquema y logra una obra compacta perfectamente elaborada.
El filme nos cuenta la historia de Joe Clay (Jack Lemmon) un agente de relaciones públicas que se dedica a mantener satisfechos a sus grandes clientes a toda costa, gracias a su trabajo Joe conoce a la secretaria de uno de sus clientes la señorita Kirsten Arnesen (Lee Remick), ambos se enamoran y deciden casarse. Debido a su tipo de trabajo Joe pasa muchas horas en fiestas lo que lo lleva a desarrollar una adicción por el alcohol y poco a poco va arrastrando a su esposa por el mismo camino. La relación de ambos llega a un punto donde el alcohol domina sus vidas y condena a Joe al fracaso en varios trabajos, ya tocando fondo Joe y Kirsten deciden buscar ayuda con el padre de esta última pero las cosas no serán tan fácil.
Gracias a un impactante y cuidadosamente elaborado guión Edwards logra plasmar de manera contundente las consecuencias del alcoholismo en la vida de una pareja común y corriente, a través de su lente nos permite ver la transformación que sufren los personajes que van cuesta abajo acabando lentamente con sus vidas. Todo esto con un cuidadoso estilo visual y un manejo perfecto de los planos y los ángulos de la cámara que sacan el máximo de cada secuencia y de cada expresión de los actores.
La película posee varias secuencias simplemente brillantes como por ejemplo, cuando Joe visita por primera vez el apartamento de Kirsten y ella previamente le ha advertido que el lugar está plagado de cucarachas, Joe lleva un insecticida para matar a los bichos pero cuando comienza a aplicar el spay inmediatamente los vecinos comienza a quejarse y a causar un gran revuelo porque están alborotando a los bichos y le dicen que es mejor dejarlos tranquilo ya que no molestan a nadie. Cargada con un sentido de humor negro pero que a la vez envuelve en sí  un simbolismo único que le dan al filme una grandeza única.
 
Gracias a una esplendida actuación de Jack Lemmon el personaje de Joe Clay se nos mete en la piel y por momentos genera en nosotros sentimientos de compasión, desprecio y hasta total repudio, solo tenemos que recordar la magnífica secuencia cuando totalmente ebrio busca una botella escondida en un invernadero y en su afán desesperado termina destrozando todas las flores para al final terminar revolcado en el lodo bebiendo hasta la última gota de licor. Lee Remick quien da vida a Kirsten Arnesen también está estupenda y nos arrastra con ella en un viaje que empieza en la total abstinencia y termina en la mas deprimente de las dependencias por el alcohol.
Y es que cada dialogo y cada escena donde están ambos actores llena de energía la pantalla y eleva los niveles de adrenalina. Acompañados por una excelente música de Henry Mancini quien recibió un Oscar por la canción «Days of Wine and Roses». Además del premio de Mancini el filme recibió 5 nominaciones al Oscar, incluidas las de Jack Lemmon y Lee Remick como mejor actor  y mejor actriz respectivamente.
Definitivamente uno de los dramas mas intensos relacionados con el problema del alcoholismo y una verdadera joya cinematográfica.
Calificación: 8/10.
Ficha Técnica:

  • Título original: Days of Wine and Roses.
  • Dirección: Blake Edwards.
  • Guión: J.P. Miller.
  • Reparto: Jack Lemmon, Lee Remick, Charles Bickford.
  • Género: Drama.
  • País: USA.
  • Duración: 117 min.
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HPS