Si le pregunta a mi amigo Pablo Mustonen les dirá que The Shining (1980) es una de las mejores películas de terror de todos los tiempos. No sólo porque es un filme de Stanley Kubrick, quien es su realizador favorito, sino porque con ella su director concibió una obra capaz de trascender cualquier barrera temporal. Kubrick con su maestría construyó una obra que estremece los sentidos y desafía al intelecto. Imaginen la tarea que tenía Mike Flanagan (Ouija: El Origen del Mal, El Juego de Gerald) con esta Doctor Sleep, que es una secuela de la dirigida por Kubrick.

Tanto El Resplandor, título en algunos mercados latinos para la película de Kubrick, como Doctor Sleep son adaptaciones de obras del maestro del terror Stephen King. Aún no sabemos que opina King de la adaptación de Flanagan pero recordamos que discrepó bastante con la de Kubrick. Pero diga lo que diga el novelista, la calidad de ese filme es innegable y ya quisiera cualquier escritor poder contar con un cineasta de ese calibre para inmortalizar su obra en celuloide.

REDRUM

Ya Danny no es un niño, ahora es Dan Torrance (Ewan McGregor) un adulto atormentado por su pasado que deambula de ciudad en ciudad. El alcohol es el socio por excelencia y se muestra como única salida a los traumas. Sus andanzas los llevan hasta un pequeño pueblo donde su brújula parece encontrar un norte y las cosas comienzan a estabilizarse. Una vez sobrio Dan comienza a percibir con mas fuerza “el resplandor” y es así como conecta con Abra Stone (Kyliegh Curran), una niña que al igual que él tiene una asombrosa capacidad extrasensorial.

El director Flanagan también redacta el guión de esta Doctor Sleep. El corazón de su narración late desde la relación de Abra y Dan. Cuando la primera descubre que hay un diabólico grupo, que se autodenomina The True Knot, que se dedica a cazar personas como ella y Dan para alimentarse de su esencia, decide que deben hacer algo para detenerlos. Rose The Hat (Rebecca Ferguson) es la líder del grupo y no tarda en darse cuenta del aura de la pequeña Abra. Estos dos hilos narrativos se conectan y construyen el camino de la historia que busca adentrarse en los senderos del terror y el suspenso pero que solo lo logra de manera aislada y con cierta timidez.

doctor sleep

Ewan McGregor (Google Images)

YA NO HAY RESPLANDOR

Es imposible no viajar al universo de la antecesora y mas cuando cada elemento de la presente nos arrima a ese pasado. Buscamos y no encontramos aquel resplandor que brilló con tanta fuerza en la demencia de Nicholson devorando una puerta. Aquí solo hay destellos que se pierden en las secuencias de transición que se alargan de forma innecesaria y que le roban la fuerza al suspenso que se genera con dificultad.

Doctor Sleep parece no encontrar su propia personalidad y se refugia en el homenaje ingenuo. Las referencias al pasado son muletas que soportan una historia se arrastra, igual que lo hiciera Jack Torrance hacia el final de The Shining. La diferencia es que Jack se arrastraba para darle sentido al clímax de la historia de Kubrick y la historia de Flanagan se arrastra porque nunca encuentra la forma de erguirse con firmeza.

5/10