Puntuación: 3 de 5.

Los personajes de Aaron Sorkin hablan sin parar. Podemos decir que esa es una de las marcas de fábrica de este veterano de la escritura. Con El juicio de los 7 de Chicago (2020) Sorkin prueba suerte como director por segunda vez. Debutó en la codiciada silla en 2017 con la correcta pero irregular Molly’s Game. Su mejor versión la hemos tenido en su pluma, nos ha dejado guiones como: The Social Network (2010), Moneyball (2011) y la serie de televisión The West Wing (1999-2006). En la faceta de director no ha brillado con la misma intensidad.

Fue precisamente con una película sobre un juicio que el señor Sorkin se estrenó. La muy popular A Few Good Men (1992) fue su bautizo en la gran pantalla. Sus líneas quedaron inmortalizadas al ser recitadas de manera enfática por un Jack Nicholson que se vistió de coronel de la marina y le decía a un joven Tom Cruise, que a la vez hizo de teniente, que no podría manejar la verdad. Las batallas en los estrados son un ingrediente clásico en las películas sobre juicios o courtroom movies. Los que acusan contra los que defienden, un símil de las batallas entre el bien contra el mal.

Un juicio para la historia

En 1968 el gobierno federal de los Estados Unidos acusó de conspiración a: Abbie Hoffman, Jerry Rubin, David Dellinger, Tom Hayden, Rennie Davis, John Froines, Lee Weiner y a Bobby Seale. El proceso contra Seale fue desestimado dejando el número de acusados en 7. Chicago fue el escenario de la convención nacional de los Demócratas y los acusados comandaron distintos grupos que se concentraron en esta ciudad para protestar, principalmente por la guerra en Vietnam. Lo que se suponía una protesta pacífica terminó siendo un completo caos que enfrentó a los manifestantes contra la policía.

En El juicio de los 7 de Chicago Aaron Sorkin mira al lado histórico de estos eventos y el posterior juicio que se convirtió en un verdadero circo mediático. La ficción como aderezo y un elenco de lujo son las herramientas principales para que el director/guionista, lleve a la audiencia en un thriller salpicado con detalles de humor que busca con todas sus fuerzas complacer a la audiencia. Como si se tratara de un abogado defensor vemos a Sorkin acomodar las cosas para procurar la aprobación del jurado. La historia fluye y en gran parte la edición Alan Baumgarten (American Hustle, Molly’s Game) es protagonista.

Los 7 de Chicago

Los complejos y bien pensados diálogos de Sorkin cobran vida con Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Mark Rylance, Joseph Gordon-Levitt y demás miembros de un elenco que se muestra preciso. Hay un especial encanto en la forma en como esos personajes charlan sin parar y cada una de sus palabras se rinden al servicio de la historia. Tal vez la barra esté muy alta y la mente siempre nos juega sucio recordándonos otros filmes sobre los tribunales. En ese proceso encontramos pequeñas fisuras en la dirección y el manejo de la historia en la presente. Imposible no recordar películas como: 12 hombres en pugna (1957), legendaria opera prima de Sidney Lumet, o Anatomía de un asesinato (1959) de Preminger y así seguir y encontrarnos con el Atticus Ficnh de Gregory Peck en Matar a un ruiseñor (1962), hasta llegar a la fabulosa Gett: El juicio de Viviane Amsalem (2014).

Mercería todo un artículo para abordar este subgénero y las obras que han dejado su huella en la historia del cine. Si bien el filme de Sorkin encara la historia con el debido rigor, se puede sentir que se dispersa un poco tratando de que podamos establecer una conexión sólida con todos y cada uno de los acusados. El mayor protagonismo descansa sobre el Tom Hayden de Eddie Redmayne y el Abbie Hoffman de Sacha Baron Cohen, pero el guión se empeña en encontrar un momento de gloria para todo el reparto y en este proceso el filme pierde fuerza. Podemos sentir como el director se queda siempre en la orilla y no profundiza en el trasfondo de sus personajes. El filme funciona a gracias a su enérgico ritmo y precisa edición, pero desaprovecha mucho terreno para enseñarnos más de esos diversos personajes.