En 2005 la senadora por el estado de California Dianne Feinstein encargó a Daniel Jones una investigación. En la misma se escudriñaba en las practicas de la Agencia Central de Inteligencia (C.I.A. por sus siglas en inglés) posterior a los ataques terroristas del 11 de septiembre. El resultado fue un reporte de más de 6,700 páginas en el que se detallaba los métodos utilizados por la C.I.A. en sus centros de detenciones. Mas en profundidad el trabajo de Jones y su equipo dejó al descubierto cientos de violaciones legales y constitucionales que la agencia cometió en la llamada lucha contra el terrorismo. En las entrañas del monstruo nos topamos con las macabras torturas a la que eran sometidos los detenidos.

Con El Reporte Scott Z. Burns concibe una película que podemos inscribir de inmediato en la lista de los mejores thrillers políticos. Burns quien se ha destacado como productor, siempre ha transitado por los caminos de los temas controversiales. En este mismo año produjo para Netflix The Laundromat, sobre los papeles de Panamá y en 2006 produjo el documental de Al Gore Una Verdad Incómoda, que presagiaba lo que nos traería el calentamiento global.

EL REPORTE DE LAS TORTURAS

El guión firmado por el mismo director nos presenta a un idealista Daniel Jones (Adam Driver) desde mucho antes de ser el jefe de la investigación que el senado de los Estados Unidos enfiló contra la C.I.A. EL joven ingenuo se pasea por los pasillos de las oficinas gubernamentales en la capital de la nación en procura de un futuro en las filas de la política. Años mas tarde le vemos como figura relevante en el equipo de la senadora Dianne Feinstein (Annette Bening). Justo ahí es cuando comienza a hacerse más espesa la historia de El Reporte. Cuando ese Daniel Jones abre por primera vez los expedientes empieza la lucha de los poderes del estado para encubrir sus fechorías.

El filme nos abruma con toda la información que vamos encontrando a medida que avanzan las pesquisas. La edición junto con el ritmo narrativo nos ayuda a no perder el rumbo y poder digerir todo lo que se nos sirve. El director nos hace sentir el agobio nuestro protagonista sumido en miles de archivos y destapando cada vez situaciones más aberrantes. Adam Driver vuelve a demostrar su calidad interpretativa y resuelve sin problemas cada tarea que enfrenta, con su personificación del investigador insaciable se convierte en la piedra angular de la película.

El Reporte

Adam Driver (Google Images)

Y NADA MAS QUE LA VERDAD

Por la forma como El Reporte arremete contra las instituciones de poder de los Estados Unidos es fácil comprender que no sea una de las películas más sonadas del año aún cuando su calidad le otorgue ese mérito. En 2012 fue la primera vez que se hizo público parte del reporte comúnmente conocido como “el reporte de las torturas” y desde ese momento todos los estamentos de la nación de las barras y las estrellas fueron sacudidos hasta un punto que la verdad no pudo ser ocultada.

“Quiero ser absolutamente claro con nuestro pueblo y el mundo: Los Estados Unidos no torturan. Va en contra de nuestras leyes, y contra nuestros valores. No lo he autorizado, y no lo autorizaré.” (Geroge W. Bush)

En su estructura el filme nos evoca al filme de 1976 dirigido por Alan J. Pakula, Todos los hombres del presidente. Burns incluso hace un guiño a la secuencia de “garganta profunda”, con menos suspenso, pero con igual nivel de efectividad para el desarrollo de la historia. El tono periodístico predomina y el filme maneja los códigos del cine documental para mostrarnos la ficción, técnica que prueba ser muy efectiva para mantenernos pegados al discurso del director.

El Reporte se nos plantea como una lucha más de David contra Goliat y no precisamente en el valle de Elah sino en los pasillos del capitolio de los Estados Unidos de Norteamérica.

8/10