Ahora me siento como ese Adam Bell. Estoy en un lugar familiar pero se siente extraño. Hace un tiempo ya desde que mi última reseña aterrizara por estos predios. Irónicamente la culpa es del cine, ahora estoy más adentro, se podría decir que camino por sus entrañas pero desde aquí es más difícil sentarse como un espectador más. Al menos me puedo engañar con el consuelo de que algunos extrañarán leer mis impresiones sobre una u otra película de vez en cuando y si es así «Enemy» viene a llenar ese vacío. El penúltimo filme del canadiense Denis Villeneuve (Prisoners, Incendies, Sicario) es casi un paralelismo con lo que ha sido la carrera de este joven cineasta. Villeneuve es el hombre duplicado. Un director que tiene una cara cuando hace cine en su tierra natal y otra cuando el negocio lo mueve a la tierra de Lincoln y Washington.
Al señor Villeneuve lo conocimos con «Incendies» (2010) y la impresión fue más que grata, luego llegaría «Prisoners» (2013) un filme de alto perfil con grandes nombres de la industria que nos dejó un buen sabor en la boca pero que no estaba al nivel de su anterior entrega. Por cosas de la vida nos saltamos la que ahora nos trae por aquí y vimos «Sicario» (2015) otra película con un elenco asombroso y con una realización impecable pero que tampoco alcanza el nivel que sabemos tiene este talentoso director. Pues como si fuéramos al pasado nos topamos con «Enemy» y de paso reencontramos toda la magia que el joven Denis había enseñado cuando le conocimos.
La novela de José Saramago «El hombre duplicado» es la base para la obra de Villeneuve. Javier Grullón (Invasor, enemyHierro) logra adaptar el trabajo del portugués de una manera magistral. El dilema existencial predomina y nos absorbe desde los primeros minutos del filme, al igual que los protagonistas el espectador queda aturdido ante la interrogante de ¿Quiénes somos? y no por la reflexión que esto pueda acarrear, sino por la forma como se desarrolla el discurso del director ante este planteamiento. Jake Gyllenhaal demuestra una vez más que su bolsa de trucos está bien surtida, aquí nos regala dos personajes formidables. Gyllenhaal se desdobla para convertirse en las dos caras de una misma moneda. Por un lado el atormentado profesor universitario Adam Bell y por el otro el desenfocado actor de películas clase B Anthony Claire. Es como llenar dos vasos idénticos con líquidos diferentes, eso es precisamente los que hace Gyllenhaal desarrollando dos personajes diametralmente opuestos pero que a la vez podría uno ser el complemento del otro.

El caos es un orden aún por descifrar

Nicolas Bolduc (Rebelle) se hace cargo de la dirección de fotografía y el resultado es impresionante, el manejo de la iluminación es fundamental para que Bolduc construya el ambiente angustiante que pesa sobre los personajes. La cámara nos hace sentir fisgones y a la vez nos atrapa para meternos de cabeza en la realidad paralela de «Enemy». Si la cámara nos deja en jaque entonces la composición de Saunder Jurriaans y Danny Bensi nos propina la estocada final. La notas se cuelan en nuestras entrañas y nos revuelven, el suspenso se intensifica con cada acorde y podemos sentir el peligro que se avecina de manera inevitable. Si estamos de acuerdo con que una película es un todo, aquí las partes de ese todo funcionan a la perfección. Desde la silla del mandamás Villeneuve se luce y logra poner en sincronía todos los elementos para narrar su historia de una manera contundente.
De seguro «Enemy» nos dejará con más preguntas que respuestas, pero este es precisamente el objetivo. La fuerza de la secuencia inicial es sólo superada por la impactante escena final que nos deja un vacío en el estómago.
9/10
Ficha Técnica:

  • Dirección: Denis Villeneuve
  • Guión: José Saramago (novela), Javier Grullón.
  • Reparto: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon.
  • Género: Drama.
  • Duración: 91 min.
  • País: Canadá.