Fue en la edición de 2019 del Festival de Telluride donde se estrenó JUDY. Días después el filme de corte biográfico sobre la leyenda Judy Garland llegó al Festival de Toronto. Una constante se ha mantenido entre los que han podido ver el filme JUDY, las positivas reacciones ante la interpretación de Renée Zellweger. Este filme británico producido por BBC films se lanza en una misión de esas que parecen imposibles. La estampa de Judy Garland es más grande que la vida y cuando se trata de poner en pantalla figuras de este nivel es mucho lo que hay en juego.

Hay un aura sobre personajes como el de Garland y esa pantalla que los inmortalizó parece no ser suficiente para darle a las audiencias una dosis de esa magia. Pocas historias pueden tener huellas tan cinematográficas como la de Judy Garland. Frances Ethel Gumm fue firmada por Louis B. Mayer para los estudios MGM en 1935 y rebautizada. Antes de eso ya los escenarios le eran familiares, desde muy temprana edad su madre la inició en el canto y los actos de vaudeville. Su padre era homosexual, los actos “ilícitos” del padre ocasionaron que la familia se mudara constantemente. La agitada niñez de Frances tomaría un giro aún más violento cuando se convirtió en Judy Garland.

JUDY LA NIÑA DE OZ

Para la familia Gumm la firma de su hija más joven con MGM representó una nueva vida. Pasaron cuatro años antes de que la leyenda de Garland se consolidara. El Mago de Oz (1939), una de las obras más reverenciadas del cine, la estigmatizó para siempre. Su actuación fascinó al mundo y su interpretación del tema “Over the Rainbow” enamoró hasta a los de la academia que le otorgaron una estatuilla especial como mejor actuación juvenil en la ceremonia de 1940.

En JUDY la primera secuencia que nos ofrece el director Rupert Goold nos lleva hasta los días de ese clásico del cine. La primera imagen que vemos es a la pequeña Judy (Renée Zellweger) recibiendo un sermón de Louis B. Mayer en el set de “El Mago de Oz”. De ahí pasamos a una Judy adulta y la vemos haciendo de tripas corazón para generar ingresos y sostener a sus hijos. Este Biopic nos encamina a los conciertos en Londres de 1968 y nos llena con pinceladas del pasado convulso de la vida de Garland. Los flashbacks nos llevan a pequeños instantes de la adolescencia del ícono de Hollywood para ayudarnos a hacer frente a su decadente presente.

JUDY

Renée Zellweger (Google Images)

HÉROES DE CELULOIDE

El guión de Tom Edge (The Crown) se inspira en la obra para teatro de Peter Quilter “End of the Rainbow”. La historia se construye desde el ocaso de la estrella, desde las sombras que pretenden opacar el legado que se ha construido con los años. JUDY se convierte así en el vehículo perfecto para que la talentosa Renée Zellweger desborde la pantalla y se luzca con su interpretación. Más puede Zellweger que todo lo que nos pone en la mesa el discurso del director. El filme logra momentos sobrecogedores, pero de igual manera tiene unas bajas que nos desconectan. Sin dudas lo mejor de JUDY es la memorable interpretación de la Renée. Sólo imaginar revivir a una estrella de la magnitud de Garland puede hacer a cualquier actor temblar de miedo.

Como tantos otros héroes del celuloide la Garland también sucumbió fuera de los reflectores. Barbitúricos y alcohol fueron receta predilecta desde muy temprano. Se dice que la primera en iniciarla en esos senderos fue la madre con las pastillas para dormir. Los excesos cobraron un alto precio en su salud y para el momento de sus conciertos en Londres aparentaba mucho más de los 46 años que tenía.

JUDY nos lleva con fuerza hasta esos rincones oscuros de la vida de Garland y nos ilusiona con chispazos del poder en escena de la que una vez fuera Dorothy de Kansas. El trabajo de Rupert Goold en la dirección transcurre sin que este se arriesgue, maneja de forma correcta las claves del drama, pero por momentos se le desliza hasta lo melodramático, por igual se decide por incluir algunas secuencias que no aportan a la trama, sino que solo sirven para estirar la historia y manipular a la audiencia. Ole Bratt Birkeland (American Animals) logra un buen trabajo en la cinematografía, sobre todo retratando los momentos sobre el escenario. Muy bien se combinan el diseño de producción y la dirección de arte para ambientarnos en la época y para revivir la escena del espectáculo de finales de los 60.

HOLLYOOD AL DESNUDO

Películas como “Sunset Boulevard” (1950), del inmenso Billy Wilder, se han encargado de desnudar a la fábrica de sueños. Y otras tantas nos han contado el ascenso y caída de estrellas del cine y la música. JUDY como drama biográfico explora ambos temas, guardando la distancia de la obra de Wilder, esta de Goold nos muestra el precio que tienen que pagar esos ídolos que nos construye Hollywood y que luego desecha cuando ya no puede exprimirlos más.

Si bien JUDY no tiene reparos para mostrarnos a todo color el ocaso de Judy Garland, es la interpretación de Renée Zellweger que salva el día. En conjunto la película resulta muy convencional y por momentos aleccionadora ofreciéndose como la fórmula perfecta para complacer a las audiencias.

7/10