No importa el material, una jaula es una jaula y punto. El título de este filme del director español Diego Quemada-Díez se ciñe de manera perfecta al discurso que nos propone. Una vez nos embarcamos en el viaje junto a los protagonistas se revela como una epifanía a que viene eso de «La Jaula de Oro». El director transita por un camino ya conocido y que hemos visto en pantalla de manera repetida, pero no se llamen a engaño pues la forma en que lo plasma es verdaderamente brillante.
Las imágenes poseen una belleza extraña, extraña por la forma como plasman la crudeza de la realidad que viven los personajes, mostrando en forma casi poética la desgracia que se abalanza sin piedad sobre nuestros protagonistas. Si tenemos que buscar alguna forma de definir «La Jaula de Oro», podríamos decir que es algo así como un viaje donde el destino final está cada vez más lejos a medida que nos acercamos a la meta. Es en esa contradicción donde la libertad que buscamos termina por convertirse en nuestra prisión.

Juan, Chauk y Sara son nuestros compañeros y digo compañeros porque foto-la-jaula-de-oro2somos nosotros que emprendemos el viaje y ellos vienen con nosotros. A través de los ojos de estos tres niños probamos la realidad que enfrentan cientos de miles de personas cada año, personas que persiguen sueños falaces. Juan, Chauk y Sara tienen motivos diferentes pero un fin común, todos buscan mejorar sus condiciones de vida emigrando. El éxodo que parecía ser una aventura hacia el exterior termina por ser una excursión a lo mas interno de cada uno de ellos. Los obstáculos y la vicisitudes van formando lazos tan fuertes que hasta el espectador logra conectar con ellos.
El trabajo de fotografía de María Secco es alucinante, sus tomas resaltan de manera contundente todo lo que nos quiere decir esos tres niños pero que carecen de palabras para contarlo. Es en la incapacidad de Juan y Sara para entender el dialecto de Chauk o en el amor inconfeso de Juan hacía Sara, donde se esconde la esencia de esta historia. Son esos detalles los que le dan profundidad a los personajes, los que hacen que la historia se vuelva densa. A medida que el viaje progresa podemos ver el sueño esfumarse, los jóvenes aventureros corren sin saber a donde van, corren con todas sus fuerzas a la libertad pero por el camino incorrecto.
Diego Quemada-Díez muestra un pulso magnífico desde la silla del directorla-jaula-de-oro (1) y la forma en como conjuga todos los elementos del lenguaje cinematográfico es fabulosa. Sin dudas esta película se abre un espacio entre aquellas que tratan el tema de la migración humana. Basta con apreciar la secuencia final que sin contener dialogo alguno habla por si sola, un verdadero testamento de lo que es hacer cine. Ver a ese Juan absorber la realidad, quizás reflexionando sobre todo lo que ha pasado para llegar a este su «sueño», simplemente no tiene precio.
Ya lo dice un viejo proverbio Alemán: ¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en el camino equivocado?
Calificación: 9/10
Ficha Técnica

  • Dirección: Diego Quemada-Díez
  • Guión: Lucía Carreras, Gibrán Portela
  • Reparto: Brandon López, Rodolfo Domínguez, Karen Martínez
  • Género: Drama
  • País: México.


HPS