Inspiración. En su forma más practica esta palabra se refiere al mero acto de introducir aire a los pulmones. Literalmente la palabra significa «recibir aliento» lo que nos lleva al sentido más extenso del vocablo. Cuando ese aliento no consiste en puro oxígeno entonces podemos decir que la inspiración es una iluminación, algo que viene del espíritu y motiva al ser humano a moverse hacia un objetivo. Abundamos con toda esta cháchara porque nos parece que esta es la palabra perfecta para definir «La Montaña» un filme que nos mueve a reflexionar, nos inspira, nos da aliento.
Utilizando como punto de partida la hazaña histórica de tres
valientes hombres, que deciden coronar la cima más alta del mundo, «La Montaña» nos lleva en un viaje para conquistar el exterior, lo palpable. Perola-montaña-fotograma con cada paso el viaje se hace más interno, navegamos hacia lo intangible y nos damos cuenta que esta es la única forma de poder someter esa montaña.
El cine como todas las artes tiene un alto componente emocional y esto queda en evidencia cuando cierta obra nos estremece de manera inusual, vamos, que nos zarandea. Pues cuando nos sentamos a ver “La Montaña” estábamos congestionados, pero no por una gripe, congestionados mentalmente, en uno de esos momentos donde la incertidumbre hace de las suyas. De repente las luces se apagan, ahora estábamos como si se tratara de Jovine, Mella o Gómez (los tres expedicionarios) frente a frente con la imponente cumbre, claro que a nosotros no nos correspondía escalar el Everest, pero mientras observábamos atónitos los peligros y las pruebas que debían superar cada uno de los montañistas, se despertaba en nosotros cierta inspiración, que poco a poco iba removiendo esa incómoda sensación con la que habíamos llegado hasta nuestra butaca.
Tabaré Blanchard e Iván Herrera concibieron con «La Montaña» una películalamon que se balancea entre el cine documental y el cine de ficción. Combinando dos historias y narrando ambas de manera paralela logran crear contrastes maravillosos, de aquí la mejor parte se la lleva la fotografía que no deja escapar ni un solo detalle y aprovecha los beneficios que generan los escenarios para cautivarnos con imágenes prodigiosas. A la vez que se desliza cada fotograma nuestros oídos se llenan con los fabulosos temas musicales y debemos decir que cada composición se funde de manera perfecta con cada secuencia. La voz de Pavel Nuñez entonando los temas y en la narración prueba ser muy efectiva.
La edición resulta clave para el manejo de la narrativa, la forma como se manejan las historias por separado de cada uno de los protagonistas resulta muy efectiva. El juego con el espacio y el tiempo aumenta la tensión en cada escena y le aporta dramatismo a la historia, sobre todo cerca del final cuando ya nos sentimos tan cerca de la meta como nuestros protagonistas. «La Montaña» es una experiencia, una película que nos recuerda que en ocasiones debemos enfrentar la adversidad para encontrarnos a nosotros mismos y que solo conquistando nuestras propias montañas internas podremos alcanzar nuestras metas.
Calificación: 8/10
 

HPS