Desde hace unos años la series sobre narcos ha ganado un espacio importante. Narcos: México es una muestra palpable del éxito económico que representan estas producciones para los estudios. Netflix inició esta franquicia en 2015 con tres temporadas que abarcan el periodo del Pablo Escobar y los carteles de Colombia. Desde 2018 la serie se mudó a México para dar una mirada al surgimiento del sistema de carteles en el territorio azteca.

No han faltado las opiniones de los sociólogos y especialistas de la conducta arremetiendo contra este tipo de producciones. La forma como se dibujan los altos jefes del narcotráfico puede llevar a las audiencias menos avezadas a idolatrar a los malhechores. El argumento gira en torno a que estas series pueden crear falsos conceptos y contribuir con la descomposición social.

En el caso de Narcos, Netflix ha hecho un buen trabajo estructurando una serie de ficción entretenida pero que se entrelaza con hechos constatables que desnudan las atrocidades de estas organizaciones criminales. Si en algunos momentos estamos por simpatizar con alguno de estos criminales, un golpe de violencia nos devuelve a la realidad. Aquí no se trata de policías contra ladrones, tanto mal hacen los traficantes como los que pretenden servir justicia. La víctima siempre es la sociedad que le toca ser el tablero donde estos dos bandos mueven sus fichas.

EL PADRINO

En particular Narcos: México se levanta sobre la imponente figura de Diego Luna que se calza los zapatos de Miguel Ángel Félix Gallardo. En el bajo mundo Gallardo fue conocido como «El Jefe de Jefes» «El Padrino», fue uno de los creadores del cartel de Guadalajara y uno de los narcotraficantes más poderosos de todo México. Luna se desata con una actuación memorable y sin dudas una de las mejores de su carrera. Sumado a esto tenemos los magníficos estándares de producción que no tienen nada que envidiar a las grandes producciones hollywoodenses.

Narcos

Scoot McNairy (Google Images)

Entre el director colombiano Andrés Baiz (Satanás) y el mexicano Amat Escalante (Heli) se han encargado de dirigir la mayoría de los episodios de las dos temporadas de Narcos: México, su estilizada puesta en escena se hace presente y cada capítulo posee una fuerza visual y narrativa que nos mantiene justo en el borde del asiento. La música de Gustavo Santaolalla (Diarios de Motocicleta) y Kevin Kiner (CSI: Miami) también se destaca y sin abrumar es protagonista en cada secuencia.

Con un buen balance entre entretenimiento y calidad argumental Narcos: México hace justo honor a su predecesora y se presenta como una opción acertada dentro del inmenso catálogo de Netflix.

8/10

https://www.youtube.com/watch?v=C0tPy86Zous