Tres años han pasado desde que vimos por primera vez a Marty Byrde. Cuando le conocimos estaba hasta el cuello de problemas y hasta hoy las cosas no han cambiado mucho. El peculiar viaje de este hombre de familia de un suburbio de Chicago hasta los Ozarks en Missouri incluye: lavado de dinero, drogas, un implacable cartel mexicano y asesinatos. Cuando Netflix estrenó Ozark no me imaginaba a Jason Bateman haciendo las veces de una mente maestra del crimen. Su carrera ha estado atada a los roles cómicos y a personajes que se construyen desde un perfil psicológico opuesto al de este Marty Byrde.

La primera temporada nos mostró el nacimiento, la transformación. Las bases se fijaron de forma sólida y el guión no dejó cabos sueltos. Ese primer encuentro con los Byrde preparaba el terreno para cosas más grandes y trazaba un sendero que se figuraba interesante. En 2018 llegó la segunda temporada y eso que presentíamos se concretó, los personajes maduraron y la historia se hizo más oscura y compleja. La creatividad para resolver los nudos argumentales continuaba presente y episodio tras episodio nos compenetrábamos más con los personajes. Tras dos años de espera se levanta el telón de la tercera temporada. Impetuoso inicio y personajes nuevos marcan el paso, pero el guión no se muestra tan impecable como siempre.

LA FAMILIA DE OZARK

La historia de un simple experto en finanzas que termina lavando dinero para uno de los carteles más peligrosos de México bien puede ser un titular de la emisión estelar de un noticiero. Aquí es caldo para la ficción y Marty Byrde (Jason Bateman) se levanta como una suerte de antihéroe y como el personaje que se roba la simpatía a pesar de su equivocado proceder. Donde realmente se hace grande Ozark es en el balance de sus individuos. Por un lado, tenemos a Wendy, interpretada por una fabulosa Laura Linney, la madre de la común familia que se ve forzada a vivir en un mundo criminal y poco a poco va naciendo de nuevo en este ecosistema. Igual Jonah (Skylar Gaertner) y Charlotte (Sofia Hublitz) los hijos de matrimonio que sin otra opción tienen que vivir en el convulso escenario que ha creado su padre. Todos juegan su parte y los personajes están perfectamente delineados.

A medida que las cosas se van complicando otras figuras entran en el escenario. Ruth (Julia Garner) se convierte en una figura esencial y sobre ella giran algunas de las subtramas más interesantes de la serie. Imponente fuerza interpretativa nos regala desde que tiene campo libre para actuar. Darlene Snell (Lisa Emery) es otra que nos estremece cada vez que su nefasta presencia se apodera de la pantalla. Así el universo de Ozark va encontrando equilibrio insertando pequeños pero determinantes personajes y en igual medida puliendo los arcos dramáticos de las figuras centrales.

Ozark

Laura Linney (Google Images)

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS

La realización de Ozark es de primer nivel, la puesta en escena sombría nos deja percibir las más oscuras emociones de los protagonistas. No importa sobre que escenario se retrate la realidad de su mundo la pesadez siempre se impone con la música, los ángulos de cámara y la selección de colores para la decoración de cada set. El lenguaje cinematográfico acompaña complementa el discurso de esos sujetos que persiguen sus agendas y solo se asocian para escalar en su propósito y no con fines nobles.

Codicia e instinto de supervivencia marcan cada paso y desde ahí el guión encuentra el mejor espacio para accionar. La precisión con que la historia desarrollaba cada detalle durante las primeras dos temporadas se pierde un poco el rumbo hacia el final de la tercera. La llegada de Ben Davis (Tom Pelphrey) hermano de Wendy presenta uno de los mayores retos creativos y argumentales. Su personaje es el catalizador por excelencia y su interpretación es perfecta, sin embargo, las líneas de la historia tropiezan cuando se aproxima el desenlace y las soluciones se sienten apresuradas y se recurren a algunos convencionalismos para mover la historia. A pesar de esas pequeñas fisuras que empañan lo que era una historia impecable Ozark parece tener terreno para arreglar las cosas y ofrecer una temporada más que debería ser el cierre del ciclo.

8/10