Philomena, con un guión de Coogan y Jeff Pope basado en el libro de Sixsmith, “The Lost Child of Philomena Lee”, es dirigido por Stephen Frears, uno de los más distinguidos cineastas de Gran Bretaña, dos veces nominado al Oscar y director de películas sorprendentes como The Queen, High Fidelity, Dirty Pretty Things y Dangerous Liaisons. Es producida por Gabrielle Tana, Steve Coogan y Tracey Seaward. Henry Normal de Baby Cow, Christine Langan de BBC Films y Francois Ivernel y Cameron McCracken de Pathe son productores ejecutivos.


Una entrevista con Steve Coogan


P: Tú eres un productor, un co-escritor y uno de los principales en Philomena. ¿Cómo sucedió todo esto?
R: “En el 2010, leí un artículo en línea en la página del Guardian cuando estaba en Nueva York. El titular decía: “La Iglesia Católica vendió a mi hijo”. “Era una entrevista con Martin Sixsmith sobre un libro que había escrito, ‘El niño perdido de Philomena Lee’, y contenía detalles, los huesos de la historia. Me sentí muy conmovido por el artículo.
“Poco después me topé con Gaby Tana, la productora, y le conté de esto. Ella me dijo, “Suena como una historia increíble, ¿quieres que sea tu co-productora?’ Después me puse en contacto con Martin, él me dijo que los derechos seguían disponibles así que los compré con la esperanza de poderlos desarrollar en un proyecto”.
P: ¿Qué fue lo que te pareció especial de la historia de Philomena?
R: “Yo ya quería encontrar un proyecto en el cual creer y con el cual poder hacer algo entre las demás cosas que normalmente hago, que son en su mayoría comedias. Este me conmovió y me llamó la atención con respecto a mi historia como católico. Y además me pareció que la historia era muy universal. Se trata de madres, bebés, niños- algo con lo que todos podemos identificarnos.
“También, la historia nos lleva a América y a Irlanda- el Nuevo Mundo y el Viejo. Creí que esto resonaría en muchas personas, particularmente por esa conexión americana-irlandesa.
“Lo que capturó mi imaginación fue una fotografía de Martin junto a Philomena en una banca. Inmediatamente me parecieron como una extraña pareja. Martin era un periodista, un intelectual, clase media, educado en Oxford, que conoció a esta enfermera irlandesa jubilada de clase obrera. Su relación me pareció muy interesante”.
P: ¿Lo viste en un principio como una oportunidad como productor?
R: Sí. No tenía pensado escribirlo al principio. Pero aunque el libro me pareció interesante, no era la historia que yo realmente quería contar.  Así que mi intención fue encontrar un co-escritor. Gaby consiguió una cita con Christine Langan en BBC Films y ella sugirió al guionista Jeff Pope. Yo ya sabía de Jeff y conocía su trabajo. Había visto Pierrepoint que él había escrito y realmente me gustó. Él produjo Mo (la biografía para la televisión del político Mo Mawlam) y Appropiate Adult (la dramatización para televisión del caso del asesino serial Fred West). Así que yo sabía que él tenía la sensibilidad apropiada.
“Y cuando nos conocimos, realmente nos llevamos muy bien. Teníamos muchas cosas en común y conectamos muy bien. Eso fue lo que disparó el proyecto. Desarrollamos el guion y lo escribimos juntos- ambos lo hicimos entre otros proyectos. Fue una labor de amor. Elaboramos una historia que era una historia de carretera en cierto sentido- sobre estas dos personas que tienen puntos distintos de ver el mundo pero llegan a aceptar las otras maneras de ver el mundo y cambian así como perciben sus propias vidas.
“No quiero sonar pretencioso, pero la historia trata sobre tolerancia y entendimiento. Ese es realmente el tema”.
P: Es interesante, el contraste entre ellos. Martin es sofisticado, perspicaz y educado, mientras que Philomena viene de antecedentes más humildes y se siente impresionada por los lujos que él toma por sentado. Sin embargo, muy a menudo ella ‘lee’ algunas situaciones sociales mejor que él.
R: Es correcto. Jeff y yo también queríamos que la historia fuera sobre intuición contra intelecto. Él y yo nos juntamos con Philomena y Martin varias veces, platicamos con ellos y usamos esos encuentros. Muchas de las conversaciones en el guion se basan en estas reuniones”.
R: Además de producir y escribir, ¿qué te hizo querer interpretar el papel de Martin?
R: “Después de un tiempo te vuelves monotemático. Me encanta la comedia- pero ya la hice. Te dan ganas de probar algo nuevo. Me gusta reír y hace reír a la gente, pero nunca he sido definido por el humor. Odiaría eso. No quiero conformarme. Quiero hacer cosas que sean creativas y que sean un desafío. Así que haces cosas que se encuentren fuera de tu zona de confort en las que te arriesgas a fallar.
“Quiero explorar la vida y diferentes temas. Preferiría usar comedia como un arma en mi arsenal para hacer otras cosas. Puede ser utilizada para endulzar material más serio. ¿Cómo haces una historia como esta una experiencia más agradable? Desafíos como ese lo hacen emocionante. Un modo de hacerlo, desde luego, es introducir elementos de comedia entre estas dos personas- y eso nos hace reír”.
P: Habiendo dicho esto, ¿fue difícil interpretar a Martin?
R: Algunas cosas sí lo fueron. Es un poco de mí y un poco de Martin. Mucho de ello viene de la experiencia de Martin. En realidad es un compuesto.
“La parte más difícil fue resistir mis instintos de comedia. Martin visitaba a menudo el set cuando yo lo estaba interpretando, y le pedí que me ayudara a “dirigirme”, como un semáforo al tráfico. Decía muy pocas palabras, pero me hacía señas con las manos para decirme “menos” o “más lento” en la forma en la que yo lo interpretaba.
Martin tuvo varios comentarios y notas sobre el guion, y eran creativas y críticas. Nunca fueron como “esto sucedió, esto no”. Era más como un consejo de cómo hacer mejor el guion. Y por supuesto que él sabe cómo ya que él mismo es escritor”.
P: Fue todo un golpe maestro, el tener a Judi Dench interpretando a Philomena.
R: No hay duda alguna de ello. Cuando estábamos escribiendo, le dije a Jeff: “Sería increíble si tuviéramos a Judi Dench para esto. Así que hay que apuntar alto”. Pero llegamos a la cumbre cuando ella aceptó ser parte.
P: ¿Y qué fue lo que Stepehn Frears aportó al proceso?
R: “Stephen te hace justificar las cosas. Es fastidioso y riguroso de un modo muy bueno. Yo me sentía intimidado por él al principio debido a su catálogo de trabajo. Pero pudimos tener amplias discusiones sobre el guion. Él es mucho más colaborador de lo que hubiera pensado. Fueron diálogos muy apropiado”.
“Hablamos mucho sobre la historia y el hecho de que tiene un elemento de tragedia así como de comedia. Stephen mencionó las películas de Billy Wilder que le encantan. Y yo soy fanático de Jack Lemmon, quien actuó en muchas películas de Wilder. Juntos hicieron películas que no son fáciles de definir- son muchas cosas. Lograron caminar en la línea entre lo que es gracioso y lo que es trágico”.