Para llegar hasta The Favourite tenemos que viajar hasta 2011. Una nominación al Oscar puso en el spotlight a Yorgos Lanthimos, el griego se paseó por Hollywood con su filme “Kynodontas” y no faltó más para que sus bonos subieran de forma inmediata. Algo nos decía que de donde salió eso seguro había mucho más. Luego vendrían cintas como “The Lobster” y “The Killing of a Sacred Deer” que demostrarían que no fue por casualidad que el burro tocó la flauta. La forma como Lanthimos puede retratar en escena personajes complejos, atormentados, oscuros, es realmente asombrosa. Pareciera que el director enfocara lo más profundo del alma de sus sujetos y desde allí dictara sus películas.

The Favourite es precisamente un viaje a la parte más bizarra de la psiquis humana. Una historia de dos mujeres en la búsqueda del poder absoluta a cualquier precio y una en busca de su satisfacción personal de igual manera a expensas de lo que sea necesario. La clave de comedia hace que se puedan digerir los personajes sin que se nos revuelvan las tripas, cualquier otro tono hubiera otorgado a esta película una oscuridad terrible. La Reina Ana (Olivia Colman) es el sol entorno al cual orbitan Lady Sarah (Rachel Weisz) y Abigail (Emma Stone). Este trío nos regala un verdadero tour de force en la pantalla, no hay un momento débil, ni un solo fallo de estas tres actrices. La astucia de Lady Sarah es solo superada por el hambre de poder de una joven Abigail dispuesta a todo para saciar su ambición y en el centro la Reina jugando sus fichas a su modo.

Los palacios de la Inglaterra del Siglo XVIII le sirven a Lanthimos como el lienzo perfecto para dibujar su historia. Los detalles de cada secuencia son impresionantes y la fotografía hace justicia a la majestuosidad y la opulencia que exhibían los monarcas de turno. Los excesos y las excentricidades el director los maneja como una metáfora de la podredumbre que se esconde debajo de una piel limpia. El contraste es una constante en The Favourite, pasamos de la luz a la sombra, de lo cristalino y brillante a lo sucio y oscuro tanto en los escenarios como en la forma de los personajes. Aquí todos mutan para lograr lo que quieren.

Mientras más pienso en The Favourite más imagino lo mucho que hubiera disfrutado el maestro Arturo Fernández esta película. Y es que me es imposible no recordar a “Il Gatopardo” y ver a esa Abigail como si fuera Tancredi nadando en dos aguas y cambiando para salvar su propio pellejo. Arturo amaba locamente la obra de Visconti y la obra de Lanthimos por fuerza nos hace evocar a Lancaster y a Delon y por supuesto a la Cardinale.

Brilla una vez más Lanthimos y nos regala un micro-universo como solo él sabe hacerlo. El mundo de Lanthimos es una frase que desde ya podemos acuñar.

10/10