El director Robert Eggers ha escrutado las profundidades del alma humana para concebir The Lighthouse. La estilizada obra precede a su opera primaLa Bruja”  (2005). En su primer filme el director nos trasladó a la Nueva Inglaterra de 1630 para atormentarnos con historias de magia negra y hechicería. Desde ese momento se podían establecer marcas distintivas en la forma como Eggers componía su historia y adoptaba una cadencia narrativa poco común en las películas de terror. Fue incluso antes de que cobrara vida ese primer proyecto, que el director trabajó junto a su hermano la historia de esta The Lighthouse.

La lógica habría hecho que cualquiera de nosotros decidiera invertir en una película de época con tintes de terror, y no en una de época con inclinaciones artísticas en la cual su premisa central es la de dos hombres atrapados en una roca en medio del mar. Es así como un filme que palpitó por primera vez en 2012 tardó siete años para hacerse realidad. El tiempo parece haber rendido frutos y el filme de Eggers se ha paseado por medio mundo recibiendo halagos y en Cannes logró llevarse el premio FIPRESCI.

PROTEO Y PROMETEO

Por robar el fuego a los dioses para dárselo a los hombres, Zeus encadenó a Prometeo en una roca y envió un águila para que se comiera su hígado, pero el órgano volvía a crecer cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre. (Miguel Calvo Santos)

Un remoto faro ubicado en un peñasco en las aguas de Nueva Inglaterra es el escenario donde Thomas Wake (Willem Dafoe) y Ephraim Winslow (Robert Pattinson) viven su desventura. El guión de los hermanos Eggers nos traslada hasta 1890 y nos abandona en esa alejada isla. Los días de Thomas y Winslow transcurren en pura monotonía, su única misión es mantener el faro funcionando. El aire de tragedia se respira desde esa secuencia inicial con la llegada a la isla de los dos hombres, la niebla que cubre el ambiente, el barco que zarpa para dejarlos a su suerte y el silencio que solo lo quiebra el constante resonar de una sirena que advierte a los navegantes bajo la espesa niebla.

The Lighthouse nos lleva a confrontar no a los terrores externos sino a los internos. La fuerza de la historia está en lo enigmático que resultan Thomas y Winslow. Para Robert Eggers la inspiración para crearlos fue la mitología griega, de un lado Thomas Wake siendo una especie de Proteo, dios del mar y del otro Ephraim Winslow como Prometeo, el titán que osó robar el fuego a los dioses. La alegoría es justa y dentro del discurso de la película funciona muy bien. Bajo ese contexto los personajes adquieren un matiz más interesante, pero aún fuera de este espectro la película trasciende como un ejercicio puro de estudio de personajes.

Lo que ofrecen Dafoe y Pattison es puro poder interpretativo. Dos hombres con un pasado oscuro obligados a mirarse a sí mismos. Dafoe llena la pantalla con su grandilocuencia y se muestra inmenso con unos monólogos abrumadores. Pattison evoluciona, pues así lo requiere el personaje, pasando de sumiso a rebelde. Un verdadero duelo actoral que podemos desde ya anotar en los libros de historia. Eggers logra generar el terror en base a las prolongadas conversaciones de estos dos hombres y salpicando detalles de su pasado que contribuyen a generar la dosis de intriga perfecta.

the lighthouse

Willem Dafoe y Robert Pattison (Google Images)

SABOR A BERGMAN

Se me hizo imposible no rememorar a Bergman con cada plano. Visual y conceptualmente The Lighthouse parece alimentarse de la obra del cineasta sueco. La fotografía de Jarin Blaschke hace que la mente viaje hasta esas secuencias en la playa o los acantilados de El Séptimo Sello (1957). Es este aspecto uno de los más destacables del filme, la cinematografía es simplemente fenomenal. Filmada en 35mm en blanco y negro y con un aspecto 1.9:11, nos entrega una textura granulada y una imagen casi cuadrada que se adapta a la perfección a los primeros planos. Es en la gran pantalla donde mejor se puede apreciar el uso de estos recursos, esos encuadres en los que los rostros de Thomas o Winslow llenan la pantalla son vitales para complementar la narración.

“…incluso cualquier escasez de tu alma ya no es Winslow, ¡sino que ahora es el mar!”

Esa relación de estos dos hombres igual me empujó a buscar similitudes con Persona (1966), bien pudieran ser una reencarnación de Alma y Elisabet. Las líneas se tornan borrosas y uno podría ser un espejo del otro, tal cual sucediera en el clásico de Bergman. No solo porque se desarrolla en una isla, sino también por la forma en como maneja el terror podemos igual insinuar conexiones con La Hora del Lobo (1968). Mezclando todos estos ingredientes Eggers logra un universo muy particular y muestra una mano firme en la dirección, sin miedo a tomar riesgos conceptuales y estéticos. The Lighthouse prueba ser un filme que demanda mucho de la audiencia y logra transmitir esa sensación de cansancio y de desolación espiritual que viven sus personajes.

Hipnotizante y con unas imágenes que se quedan marcadas en la memoria por su robustez visual, logradas desde lo técnico, pero perfectamente soportadas en dos interpretaciones magistrales.

9/10

https://www.youtube.com/watch?v=GbcLcwZbSAQ