The Other Side of The Wind no es una simple película, es un verdadero hito cinematográfico. Este proyecto fue el último empuje de Orson Welles, la obra con la que pretendía volver al lugar que al que Ciudadano Kane lo había elevado. Su gloria y su maldición, como en su momento él mismo expresó, eso fue su reverenciada opera prima para Welles. Un estándar con el que siempre sería medido y una sombra que nos se apartaría nunca de su espalda. Su obra la componen títulos de un alto valor cinematográfico como, “Campanadas a Medianoche” o “La Dama de Shanghai”, así como también un montón de películas que nunca pudo terminar, o tal vez no quiso terminar.

En 1970 Orson Welles comenzó el rodaje de lo que el consideraba sería su verdadera obra maestra, la película por la cual sería recordado o al menos por la que el deseaba ser recordado. El filme iba sobre un legendario director de Hollywood que había sido condenado al ostracismo y regresaba para una última corrida y convertirse en un verdadero profeta en su tierra. La realidad es que esto era Orson viendo a Orson, era poner sus frustraciones en celuloide y esperar el milagro de que en el proceso naciera una película proverbial. Los dioses del cine decidieron sonreírle por última vez al viejo Welles pero no en la manera que él lo imaginó. Pasaron seis años y el proyecto no terminaba, llegaron los problemas financieros y el set era una olla en ebullición.

Los detalles de cómo finalmente The Other Side of The Wind vio la luz y fue estrenada en 2018 se recogen de manera brillante en el documental “Me Amarán Cuando Esté Muerto”, del cual les hablaré en mi próximo artículo. Lo que Welles logró es una película poderosa y que plasma con carácter de biografía la vida de uno de los directores más importantes en la historia del cine. El comenzó la edición y cumpliendo una promesa Peter Bogdanovich terminó su visión. John Huston interpreta a Jake Hannaford, el alter ego de Welles, Huston nos entrega una actuación brillante que podemos situar entre las mejores de su carrera. Y el mismo Bogdanovich interpreta a un joven director, cercano amigo de Hannaford y una especie de protegido. Tal cual en la vida real era la relación de Welles y Bodanovich.

Con The Other Side of The Wind, Welles se manifiesta contra la industria, denuncia y pone el dedo sobre la llaga siempre abierta. Hollywood te hace y te destruye a su antojo, él como todos era una simple pieza que fue útil por un momento. Así también con el personaje de Oja Kodar Welles se mete en aguas más profundas. En el filme ella representa la figura de la mujer en el cine. Un personaje sin nombre y sin voz que solo aporta carne y sensualidad para alimentar el morbo. El momento cumbre llega con la secuencia que dibuja la analogía de la aniquilación del símbolo fálico.

Tan atrevida como la historia es la selección de encuadres y planos y aquí el mérito es para Gary Graver, quien estuvo encargado del trabajo de fotografía en un proyecto que lo consumió física y mentalmente. Las imágenes de Graver le dieron a Welles el material que necesitaba para jugar a placer en el cuarto de edición. Busquen la secuencia de la orgía en el baño y la secuencia del automóvil bajo la lluvia, dos piezas sin desperdicio y que dejan ver el genio de Welles.

Solo estando muerto podía Welles recibir mérito con una película como esta y aún así esta es una de esas que no van a sonar simplemente porque no juega a lo que quieren los estudios.

10/10