Por Martha Arredondo
Voy a contarles mi maravillosa experiencia en ésta mágica ciudad, pero la verdad es que no sé cómo empezar, pues son tantas las emociones que se viven en este cinematográfico lugar que no creo que pueda expresarlo.
Estuvimos allí varios días, del 20 al 29 de septiembre del 2013. Llegamos sábado por la noche, luego de  dos largos vuelos: primero Santo Domingo – New York  y tres horas después, New York – Los Ángeles.
La primera impresión fue genial e impactante. Lo  fue el ver, justo a la salida del aeropuerto, como los aviones permanecen en el aire, en fila uno tras otro haciendo turno para aterrizar.  Es una escalera de luces muy impresionante. Esto ocurre, según nos dijo el guía, porque son tantos los aviones que llegan al aeropuerto de Los Ángeles, que de no hacer ésta formación en el aire, le sería imposible aterrizar ya que todos los días llegan más de doscientos vuelos. Quizás esto pase en otros lugares, pero yo no lo había visto y me impresionó bastante.
Estar en Los Ángeles es como estar en un gran set de filmación, o en un estudio. Al menos eso me pareció a mí, ya que durante nuestra estadía en el hotel en donde nos hospedamos todos los días estaban filmando escenas para una película. Un día en el comedor, luego otro día en el bar, el pasillo, etc…  A dos calles del hotel, también estaban filmando otra película y desde lejos pudimos ver mientras filmaban; y así en varias calles de la ciudad encontramos desvíos del tránsito porque estaban filmando. Esto sin hablar que en esos días se entregaban los premios EMMY y alrededor del lugar del evento, se bloquearon todas las calles para proteger la llegada los artistas, lo bueno es ver a los ciudadanos angelinos tan tranquilos tomar otras calles para dejar el tapón. No en vano viven allí y parece que ya se acostumbraron a ésta situación.
En nuestro primer día hicimos un  tour por las playas de Los Ángeles. Todas con un mar azul, que parece de utilería; en la playa de Santa Mónica yo casi no podía creer que aquel parque de diversiones que he visto en tantas películas, realmente existiera… Más tarde realizamos un rico tour por la ciudad.
Al día siguiente pasamos el día completo en Hollywood: vimos el centro de laV2 zona; la calle Sunset Bulevard;  además visitamos el Madame Tussaud Museum, que es un hermoso museo de cera, con figuras de los actores, actrices y personalidades, que parecen reales. Luego estuvimos en el Hollywood Museum, en donde hicimos un recorrido por la historia del cine que resultó muy agradable.
El tour por los estudios cinematográficos es una experiencia mágica, sin desperdicios. Estuvimos en los principales: Warner Bross Studio, Paramount Pictures, Universal Studios  y  Sony Pictures Studio.
Inicio por contarles lo vivido en la Warner, por dos razones, fue el primer estudio en visitar y porque allí vivimos una fantasía hecha realidad: Tener en mis manos un Oscar real y poder hacernos una foto con él. Esto fue sencillamente emocionante. Aquí pasamos un día completo, vimos todos los decorados de exterior y muchos de interior, nos llevaron donde están los objetos que se usan en las películas. Es como entrar a un gran almacén, allí ésta todo,  todo tipo de cosas que se usan en las películas. También entramos al lugar donde se realizan los efectos de sonidos de las películas y nos mostraron cómo se hacen. Pasamos allí un  verdadero día de películas. El tour además incluía almuerzo en un restaurant muy elegante y cómodo situado en el medio de la enorme locación de los estudios. Nos sirvieron un rico almuerzo a la carta y permanecimos allí con la esperanza de que en cualquier momento llegaría Christopher Nolan. Lamentablemente nosotros no lo pudimos ver, pero estoy segura que los de los otros tours que almorzaron más tarde deben haberlo visto, porque él tenía una mesa reservada.
Estuvimos en casi todos los set de las series de televisión de la Warner y justo cuando pasábamos por el set The Mentalist (El Mentalista) pudimos ver frente a frente a sus protagonistas Simon Baker y Robin Tunney, cuando regresaban de almorzar. Que por cierto Simon en persona es  mucho más bello y más rubio.   Les recomiendo que cuando visiten la Warner, tomen el tour VIP, que es el que incluye  toda clase de atenciones desde muchas botellitas de agua para que nunca te de sed, hasta almuerzo.
En Universal Studio la cosa fue a  ritmo de parque de atracciones y paseo por los estudios, todo mezclado. Haces allí cosas muy divertidas como por ejemplo hacer el viaje por set d  “Jurasic Park”, ver en vivo el espectáculo de “Water World”, son cosas realmente muy divertidas, al igual que entrar al mundo de los “Transformer”. Pero pasar por decorados icónicos como la casa de la película “Psicosis”… ¡Eso es mucho!  Ver el set de “Tiburón”, y al tiburón moverse más que en la película, es muy simpático.
Fue genial ver que de repente, ante tus ojos, un camino, segundos antes seco, de repente se llena de tanta agua en forma de río desbordado que casi te va a mojar… Y que así de rápido, en segundos se seca. Miras con asombro que empieza a llover a cantaros y en un rato desaparece. Que un camión se prende en llamas, al punto que sientes el calor y que solito se apaga,  y que el tren que nos lleva se mete en un rio y nadie se moja.  Eso es magia del cine, no caben dudas.
En los estudios de La Paramount Pictures, el paseo por el cine clásico fue mítico. No sé cómo explicarlo… pero sientes que formas parte de una filmación. Hasta te dan unos audífonos para comunicarte con el guía. Ver en vivo la puerta de “Sunset Boulevard”, el banco de parque donde se sienta Tom Hanks en “Forrest Gump”, es como ser parte de esas películas. Ahora ver en qué lugar y cómo se filmó la escena de los “Diez Mandamientos”, en donde Moisés (Charlton Heston) abre el mar rojo, eso es sorprendente. Estar frente al   estudio 19 donde se filmó “Citizen Kane” es algo muy emocionante. En estos estudios te muestran primero el lugar y luego el guía, en su computadora te muestra escenas de las  películas  para que no te queden dudas de que estás ahí. En este como en  los otros estudios,  también vimos la parte de televisión.
En Sony Entertainment Pictures, lo primero en destacar es que  es un edificio impresionante.  Parece de ficción. Muy lindo. El lobby emociona, pues están allí todos los carteles de las películas que ganaron Oscars en su época. La época en que eran la Columbia Picture, que hoy día es la Sony.  Además de la Columbia, tienen los derechos de las películas de la Metro Goldwyn Mayer y de United Artists. Tienen Sony India, Sony Hong Kong, Sony España, Sony México, Sony Brasil y Sony Picture Classic que solo distribuye cine independiente.
Son una gran empresa, y se siente en cuanto llegas. Te dan tu identificación con el logo de la Columbia. Ellos pertenecen a un movimiento ecologista, de un no sé qué verde, y por ésta razón no usan carros dentro de los estudios. Así que se imaginan que aquí el tour nos tocó a pie. Caminamos entre decorados, y por los distintos sets. Aun así vimos mucho: iniciamos con su galería de Oscars, vimos los doce. Pero aquí no nos dejaron tocarlos ni tomarles fotos. El recepcionista de la galería, muy amable señor, nos contó algunas anécdotas de actores por los cuales les preguntamos y nos dijo cuáles eran los más simpáticos. Esas preguntas las hicimos porque por allí deben pasar ellos y ellas cuándo van a las filmaciones.
Luego vimos el edificio Frank Capra, hombre clave para la Columbia y estos estudios. Aunque para mí andar a pies fue agotador en ocasiones, no niego que disfruté viendo los set de “Mi bella genio”, “Embrujada”,  “The Monkees”, “Los Tres Chiflados”, “Ghostbusters”, entre otros.  Así que bien valió la caminata. Algo que me gusto en este estudio es que graban la música de las películas y las series con orquestas en vivo, y ver aquel estudio donde lo hacen fue muy lindo. En la parte de TV, estuvimos en los set de muchos de sus programas famosos y en uno que no diré aquí cual es, ya se está grabando la temporada de navidad y vimos la decoración que quedo bellísima.
Cabe destacar que los tour por los estudios debes  hacerlos todos pues no hay dos iguales, es gracioso que vas uno y te preguntan si has visitado algún otro antes, pero te prometen demostrarte que el de ellos es el mejor, eso me gustó mucho, también me gustó la gran destreza de los guías que dirigen los tours en los estudios,  aún los más jóvenes, todos verdaderos amantes del cine, con ellos puedes hablar de las películas de sus estudios y de todas las otras.
En Los Ángeles eso no es todo lo que hay que ver, hay  más, mucho más. Por esto fuimos a Beverly Hills para ver las casa de los famosos. Paseamos por la calle Rodeo Drive, llena de tiendas de diseñadores de moda, todo original y carísimo, pero bellas las tiendas. Claro que en este viaje no se podía dejar de ir a la colina de Hollywood con su icónico letrero, ni mucho menos dejar de subir al Observatorio Griffith y recordar a James Dean, en su famosa “Rebelde sin Causa”. Luego caminar por Mulholland Drive para ver una vista panorámica de la ciudad, es una experiencia encantadora.
Visitamos también el Paseo de la Fama y caminamos un buen rato sobre los nombres de más de dos mil famosos y famosas, que se encuentran a lo largo de dos aceras entre las calles Hollywood boulevear  y  Vine Street. Es un lugar difícil para tomarse fotos, primero tienes que buscar con paciencia el nombre de tu estrella favorita y cuando lo encuentras, la gran cantidad de gente caminando de un lado a otro, te interrumpe tanto que es un caos, pero se logra, y yo logré hacer mi foto.
Un lugar que no se podía quedar era el Dolby Theatre (antiguo Kodak ) era casi V3una obligación visitarlo, ya que este es el lugar que desde 2001 es la sede oficial de la celebración de los premios Oscar. En este tour te permiten conocer el teatro por dentro, ya que por fuera no representa ningún gasto, pues se encuentra en medio de una plaza comercial abierta al público. Lo puedes ver todo, pero sin cámaras.  Tiene una enorme puerta de entrada que da acceso a la hermosa  escalera que te sube al segundo nivel que es donde está el teatro, en el primer piso a los laterales dentro de la plaza en el pasillo que da paso a la escalera, se encuentran a ambos lados unos paneles iluminados con los títulos de todas las películas que  han ganado Oscar.
Dentro del teatro, todo es muy clásico y tradicional, es muy sobrio, tiene 3,332 butacas muy bien dispuestas y un escenario enorme, impresionantemente grande, verlo en vivo emociona mucho. Los guías te dicen cómo hacen para sentar a las estrellas y cómo los ubican para que al decir sus  nombres  la cámara los enfoque, todo muy ordenado. El teatro tiene una sala de prensa con capacidad para 1,500 periodistas. Los camerinos y los baños son enormes, hay para actores y actrices, para músicos, bailarines, ect…  Según los guías, esa noche del Oscar, todo fluye bien porque cada quién sabe lo que le toca y lo hace, pero además los diferentes invitados no se mezclan nunca, cada grupo tiene su propia puerta de entrada y salida. En la semana de la ceremonia del Oscar las calles de la cuadra se cierran desde el lunes y recordemos que la gala es domingo, y desde ese lunes se montan los puestos de control y chequeo.
Los Ángeles es una ciudad que vive y respira cultura y arte por todos lados, hay muchos cines, muchos teatros, salas de conciertos, solo una muestra de ello en los días que pasamos allí vimos dos conciertos en la calle Hollywood Boulevard, uno de Paul McCartney, y otro de Justin Timberlake. Las presentaciones de óperas y musicales no los pude disfrutar, pero había mucho para escoger.
A la ciudad de Los Ángeles la hemos visto mucho en el cine, pero la realidad supera la ficción: ésta es una ciudad que tiene algo mágico, que engancha, y cuando estás en ella te sientes bien… Realmente muy bien.