Por Luis G. Jansen
Es probable que por nuestros predios sea poco conocido el nombre de Xavier Dolan. Es un joven director canadiense, que ha sido reconocido en diversos festivales a través de todo el mundo: Cannes, Sidney, Toronto, Vancouver, Bangkok, Estocolmo, Venecia, etc. Con tan solo 24 años (Si, 24!) ha dirigido 4 largometrajes con los cuales ha dejado establecido su novedoso, creativo e interesante estilo.
El logro estético en sus trabajos lo delata como un postmodernista, y firme exponente del Pop Art. Sus filmes en lugar de apoyarse en estructuras de guión o sólidas construcciones de personajes, lo hacen en la puesta en escena y el resultado visual. Esta es la propia respuesta a las críticas que le acusan de guiones torpes y personajes débiles, es sencillamente un estilo cinematográfico que prioriza el alcance visual ante lo literal.

En su aún corta filmografía, Dolan ha sido recurrente en reflejar una expuesta carga de sexualidad enfocada a través de explícita homosexualidad. De igual forma suele utilizar sus imágenes como grito subversivo contra la conceptualización de estereotipos. También ha sido asiduo en proyectar la idealización de la belleza y forma humana mediante cuadros estilizados y largos planos en cámara lenta.
Su último filme Tom a la Ferme (2013), fue recientemente estrenado en el tom_at_the_farm_posterFestival de Venecia (donde se cuenta que recibió gran acogida) y solo un reducido grupo de personas lo ha visto.
Su ópera prima “Yo maté a mi madre” (J’ai tué ma mére (2009)) fue postulada por Canadá en el 2009 como candidata al Oscar a Mejor Película Extranjera. Con 20 años Dolan produjo, dirigió, escribió y protagonizo un filme que estrenó en la Directors Fortnight del Festival de Cannes, llevándose consigo 3 premios de dicha sección. En este filme, que el director describió como autobiográfico, realizo el difícil y complejo retrato de la relación materno-filial.
En el 2010 su segunda película Les Amours Imaginaires se encuentra de frente con la fenomenal Incendies (2010), ambas grandes películas pero siendo la segunda la electa por Canadá a representar al país en los premios de La Academia. En esta película Dolan hace una reflexión a la interacción en una íntima amistad y exploración en la atracción sexual. Este filme fue también selección oficial en Cannes, en Un Certain Regard. Expertos consideran que se palpa una innegable influencia de Wong Kar Wai en la cinematografía de este filme, lo cual es cierto. Pero de preguntarme a mí, la película me suena más a la influencia sobre Dolan de los realizadores franceses. La edición en este filme tiene un sabor a Nouvelle Vague remasterizada.
Dos años luego, su tercer filme Lawrence Anyways corre la misma suerteLaurence_Anyways-372071166-large que su película anterior; y aún siendo una gran película, choca con la magistral Rebelle (2012). Pero el cine no tiene nada que ver con ganar, o con ser número uno. En Cannes nuevamente gana un galardón en la sección Un Certain Regard, esta vez mejor actriz a Suzanne Clément. Por primera vez el director sale de la pantalla y no protagoniza su propia película. Este filme viene a ser la confirmación del estilo de Dolan y al igual que los anteriores es un colorido drama que en ocasiones coquetea con comedia negra.
La famosa lista de las mejores películas canadienses de toda la historia, que cada década pone a circular el Festival Internacional de Cine de Toronto extrañamente no lo incluye. Sucede que la última edición del listado se lanzó en el 2004, y Dolan estrenó su primer largometraje en el 2009. Sin embargo, estoy seguro que el próximo año cuando se lance la más reciente edición de dicho listado, se incluirá al menos una película de Dolan.
A este joven cineasta aún le queda mucho cine por hacer, y muchos le seguiremos de cerca los pasos.

HPS