Puntuación: 4 de 5.

A falta de un mejor recurso MIRIAM MIENTE. Es prisionera de los prejuicios y los estereotipos, sus captores somos todos nosotros e incluso ella misma. La nueva película de Natalia Cabral y Oriol Estrada (Tú y Yo, El sitio de los sitios) nos propone una mirada a la idiosincrasia del dominicano. El discurso de los jóvenes cineastas  pone el dedo en la llaga y visita nuestro lado oscuro. Coherencia es la palabra indicada para definir naciente obra de Natalia y Oriol. Su fuerza narrativa y la madurez para abordar los temas sociales de su cotidianidad les ha permitido crear películas que nos sacuden emocionalmente.

Miriam Miente nos lleva a un breve instante de la vida de Miriam (Dulce Rodríguez), nos trasporta a los días previos a la fiesta de sus 15 años. Junto a su madre Tere (Pachy Méndez) y su mejor amiga Jennifer (Carolina Rohana) Miriam se prepara para el gran día, pero en su mente hay algo que la atormenta y hace de sus días un calvario. Miriam tendrá que luchar contra prejuicios sociales y contra sus propios miedos para poder encontrar su identidad.

HAY UN PAÍS EN EL MUNDO

Preferimos quedarnos con la parte más romántica del inmortal poema de Pedro Mir. Tal vez en versos como: “Sencillamente liviano, como un ala de murciélago apoyado en la brisa.” encontremos más de lo que hay en nuestro ADN. De esa marca ancestral que nos empuja a la ligereza de lo material y nos hace renegar de nuestra esencia. Miriam Miente nos obliga a mirar de frente una realidad que tenemos tan metida en las entrañas que se nos hace imposible desatarnos de ella. A Miriam y su madre antes que ella y su abuelo antes de su madre y así quien sabe si hasta Guacanagaríx, es el estigma del color de piel lo que más le pesa.

En el vacío de la mirada de Miriam se descifra su miseria por no saber como actuar ante una sociedad que no acepta lo que realmente es. En su confusión ella termina siendo parte del problema por ceder ante la presión social. La fotografía de Israel Cárdenas le hace plena justicia a esta obra que se crece en la intimidad de sus cuadros cerrados y nos abruma con sus primeros planos que nos llevan a lo más hondo de los personajes.

EL NEGRO ATRÁ DE LA OREJA

Este viejo adagio dominicano bien pudo ser el título de la obra de Cabral y Estrada. En su sentido más profundo este refrán nos apunta que no hay un alma en la tierra de Sammy Sosa que no ancle sus raíces en el negro más profundo. Y ya saben que lo de Sammy no es por casualidad. Esa Tere que de manera muy acertada interpreta Pachy Méndez comulga con el proceder de una nación que ha aprendido los cánones de belleza de revistas Vanity Fair. Claudia (Margaux Da Silva) es el referente, adinerada, de tez blanca y sofisticada.

El trabajo de Dulce Rodríguez para dar vida a Miriam es realmente impresionante y lo que transmite con su lenguaje corporal nos hace conectar con el personaje. De principio a fin podemos sentir ese yugo que pesa sobre ella.

El guion de Natalia Cabral y Oriol Estrada es sólido y en la puesta en escena se siente fluido. La historia mantiene su fuerza de principio a fin y siempre nos mantiene en expectativa. Si nos encontramos agobiados con lo que le sucede a Miriam nada nos puede preparar para la estocada final que nos asestan Natalia y Oriol. El final de Miriam Miente es tan auténtico que nos aturde y nos deja un sabor a desesperanza terrible.

9/10