Por: Dahiana Acosta

Una serie dirigida por Gil Ho Ahn (Memories of the Alhambra) y protagonizada por Seung-woo Cho (Inside Men), Doona Bae (Sympathy for Mr. Vengeance – Kingdom), y Jae-myung Yoo (Confession), un thriller en el que un fiscal deberá investigar un caso de corrupción que tocará todos los niveles. Una premisa sencilla y que la hemos visto mil veces, en TNT y en la vida real.

Ahora bien, la grandeza de esta serie está en su maravilloso guion, escrito por Soo-youn Lee (Life, Netflix), que no deja cabo suelto y ha diseñado una historia adictiva con personajes casi reales, porque en estos menesteres, no necesariamente tiene que ser verdad, pero es indispensable que las cosas sean creíbles. Sus protagonistas, Seung-woo Cho y Doona Bae, Fiscal y Policía, cuales Diógenes modernos, en cada capítulo van develando las capas de un entramado de complicidades y fechorías, porque la corrupción es un conjunto de pequeñas acciones de hacer o dejar pasar que poco a poco van convirtiéndose en una bola de nieve que nos aplasta todos los días.

Stranger

Elenco de la serie Stranger (Google images)

El servicio público es un sacerdocio que se ejerce desde la vocación y que persigue únicamente el bien común. No es una utopía, es lo que es. Nadie debería acercarse a él pensando en que podrá acumular riquezas sino más bien, para retribuir a quienes no tienen el privilegio del acceso a las mejores cosas, esos a los que escasamente se codean con lo mínimo. Pensar lo contrario, es darle la razón al grupúsculo parasitario que nos ha hecho creer que el “dame lo mio” es una consigna general y que en el servicio público no hay lugar para la gente seria que se compromete con su trabajo.

En cada personaje se refleja por un lado, las debilidades y por el otro, las fortalezas de un sistema que lleva años luchando por tener un contrapeso. La diferencia entre ambos siempre estará en aquellos en los que prima esa vocación del servicio y rechazan de plano el aspiracional de la opulencia ensangrentada, especialmente aquellos obligados a hacer cumplir la ley y restablecer el orden.

Un drama apasionante para quienes disfrutan de las intríngulis de los procesos penales bien llevados, poco importa que sea en Corea del Sur o en República Dominicana, porque tanto en la ficción y en la realidad, como lo dijo Tom Cruise en A Few Good Men, 1992, “»It doesn’t matter what I believe, it only matters what I can prove”.

¡Venga la sentencia!